domingo, 7 de octubre de 2007

Capítulo nº 12. Investigaciones en Francia.




Capítulo Capítulo nº 12. Investigaciones en Francia.

Capítulo nº 12. Investigaciones en Francia.

Dejo de hablar de mis investigaciones en España ya que de momento no las he terminado y estoy a la espera de recibir varios documentos.

Para investigar por Francia, no me es fácil ya que no sé escribir francés y además estoy medio sordo y me dificulta mucho poder hablar por teléfono. No he tenido más remedio que buscar por Internet algunas asociaciones con quienes pueda expresarme en español y existen algunas de las que sólo nombraré dos porque, a mi parecer, son las más neutrales y serviciales.

Para empezar seguí los consejos de esa persona española que escribe libros y que da conferencias en los colegios y universidades españolas (Gracias B……..lo digo por ti, que sé que lees mi Blogger). Me dijiste esto: “…empieza por la partida de nacimiento y por la de defunción”. Pero daba la coincidencia de que yo no poseía la partida de nacimiento de mi padre ni la de defunción porque se la había dado a mi tío Jesús Guardia Faro y él no me la devolvió, como ya he comentado. Menos mal que siempre he sido muy prevenido (un hombre prevenido vale por dos) y copié lo que estaba escrito en el certificado de defunción antes de entregárselo a mi tío (el papelito, como yo digo). Con esos apuntes mandé a pedir una partida de defunción para tener nuevamente ese documento oficial y, al mismo tiempo, mandé a pedir una de nacimiento de mi padre a España. Cuando llegaron a mis manos esos dos documentos, comprobé que la fecha de nacimiento de mi padre no correspondía en los dos certificados, así como tampoco el nombre de su esposa (eso yo ya lo sabía de antemano). Me pregunté si realmente sería mi padre quien está en esa tumba y cuál era su verdadera edad. Volví a escribir al Ayuntamiento donde está esa tumba, pidiendo que me dieran todas las informaciones posibles sobre la persona que está enterrada allí. El Ayuntamiento creo que me dio todo lo que había escrito sobre él; y si es cierto, puedo decir que demostraron una buena colaboración. Sé por el documento que procedían de Fargniers (con la llamada su esposa Esperanza). Como esta mujer regresó de donde vinieron (a Fargniers) tres meses después de morir mi padre procuré buscarme algún testigo que supiera algo sobre nuestro padre y de la que se presentaba como su esposa (y los encontré). Es una familia de quien nunca podré dar el nombre porque se lo prometí y porque creo que me dijeron todo cuanto sabían sobre mi padre y sobre su llamada esposa, aunque algunas cosas no correspondían con la realidad, pero ellos podían haber sido engañados o simplemente desconocían los hechos verídicos. No culparé nunca a esa familia ya que me dieron todas las informaciones que pudieron y les estaré de por vida completamente agradecido porque me siento en deuda con ellos.

Una vez que estuve un poco más informado, me decidí a escribir al Ayuntamiento de Fargniers donde sé que su “llamada esposa Esperanza” vivió hasta el 1970 y también sé que contrajo nuevamente matrimonio con un tal Santamaría, también español y peluquero, como mi padre. ¡Qué casualidad! Pero en ese Ayuntamiento se da de nuevo la casualidad de que nunca recibieron mis cartas y eso que la última la mandé también certificada (LA MISMA POCA VERGÜENZA QUE EL CONSULADO DE ESPAÑA EN PARIS). Llamé por teléfono y me contestaron que no me habían respondido porque no conocían a ninguna de esas tres personas y que mi carta había llegado, pero que la habían perdido. Es difícil de creer que no tuvieran nada escrito sobre mi padre Antonio, su llamada esposa Esperanza, y su segundo marido Santamaría. Es algo que no llego a comprender, ya que los tres vivieron en ese pueblo, sobre todo Esperanza y su segundo marido.

En vista de esta actitud por parte de ese Ayuntamiento, decidí ponerme en contacto con la Jefatura de Policía del Departamento, puesto que yo, como extranjero, sé muy bien que todos los extranjeros tenemos que estar inscritos en la Jefatura de Policía del territorio donde vivimos. En esta Jefatura no me dijeron que no conocieran a mi padre, simplemente me dijeron que me dirigiera a la Jefatura donde vivo y así lo hice. (Ahí tenéis la copia de la carta). Me presenté en mi Jefatura y después de examinar mi demanda, al día siguiente me respondieron que no podían hacer nada por mí porque en la partida de nacimiento española de mi padre no está inscrito su fallecimiento en Francia. ¡Me caí del guindo! Nunca pensé que pudieran decirme eso.

Ni corto ni perezoso, me presenté en el Palacio de Justicia pidiendo “un Consejero Jurídico”. Dije que había encontrado una tumba que llevaba el nombre de mi padre desaparecido desde el 1939 y que quería saber cuál había sido la causa de su muerte y por qué razón estaba en un territorio que en esa época estaba ocupado por los alemanes y que quería saber si realmente era mi padre, ya que su fecha de nacimiento no coincidía así como tampoco el nombre de su esposa. Me ofrecieron un abogado gratuitamente y en estos momentos estoy esperando desde enero de 2007 los resultados que nunca llegan. Pero no me callaré y seguiré luchando hasta saber la verdad y si no lo consigo tengo pensado hacer algo muy original y que el mundo entero se enterará.

Es la situación en la que en estos momentos me encuentro: esperando, como siempre. En mi próximo comentario contaré algunas peripecias más que me han ocurrido en este país y, al mismo tiempo, diré quienes son esas dos asociaciones que me ayudan y que hacen lo que pueden con muchos sacrificios, porque no tienen ningún poder ni medios, pero a quienes no les falta voluntad. También iré contando los resultados que estoy teniendo últimamente y que espero, tal como dije, algunos documentos más por parte española y algunas noticias por parte francesa, de las que tengo esperanzas de que me den algunas respuestas a lo que deseo saber.
Capítulo nº 12. Investigaciones en Francia.

Dejo de hablar de mis investigaciones en España ya que de momento no las he terminado y estoy a la espera de recibir varios documentos.

Para investigar por Francia, no me es fácil ya que no sé escribir francés y además estoy medio sordo y me dificulta mucho poder hablar por teléfono. No he tenido más remedio que buscar por Internet algunas asociaciones con quienes pueda expresarme en español y existen algunas de las que sólo nombraré dos porque, a mi parecer, son las más neutrales y serviciales.

Para empezar seguí los consejos de esa persona española que escribe libros y que da conferencias en los colegios y universidades españolas (Gracias B……..lo digo por ti, que sé que lees mi Blogger). Me dijiste esto: “…empieza por la partida de nacimiento y por la de defunción”. Pero daba la coincidencia de que yo no poseía la partida de nacimiento de mi padre ni la de defunción porque se la había dado a mi tío Jesús Guardia Faro y él no me la devolvió, como ya he comentado. Menos mal que siempre he sido muy prevenido (un hombre prevenido vale por dos) y copié lo que estaba escrito en el certificado de defunción antes de entregárselo a mi tío (el papelito, como yo digo). Con esos apuntes mandé a pedir una partida de defunción para tener nuevamente ese documento oficial y, al mismo tiempo, mandé a pedir una de nacimiento de mi padre a España. Cuando llegaron a mis manos esos dos documentos, comprobé que la fecha de nacimiento de mi padre no correspondía en los dos certificados, así como tampoco el nombre de su esposa (eso yo ya lo sabía de antemano). Me pregunté si realmente sería mi padre quien está en esa tumba y cuál era su verdadera edad. Volví a escribir al Ayuntamiento donde está esa tumba, pidiendo que me dieran todas las informaciones posibles sobre la persona que está enterrada allí. El Ayuntamiento creo que me dio todo lo que había escrito sobre él; y si es cierto, puedo decir que demostraron una buena colaboración. Sé por el documento que procedían de Fargniers (con la llamada su esposa Esperanza). Como esta mujer regresó de donde vinieron (a Fargniers) tres meses después de morir mi padre procuré buscarme algún testigo que supiera algo sobre nuestro padre y de la que se presentaba como su esposa (y los encontré). Es una familia de quien nunca podré dar el nombre porque se lo prometí y porque creo que me dijeron todo cuanto sabían sobre mi padre y sobre su llamada esposa, aunque algunas cosas no correspondían con la realidad, pero ellos podían haber sido engañados o simplemente desconocían los hechos verídicos. No culparé nunca a esa familia ya que me dieron todas las informaciones que pudieron y les estaré de por vida completamente agradecido porque me siento en deuda con ellos.

Una vez que estuve un poco más informado, me decidí a escribir al Ayuntamiento de Fargniers donde sé que su “llamada esposa Esperanza” vivió hasta el 1970 y también sé que contrajo nuevamente matrimonio con un tal Santamaría, también español y peluquero, como mi padre. ¡Qué casualidad! Pero en ese Ayuntamiento se da de nuevo la casualidad de que nunca recibieron mis cartas y eso que la última la mandé también certificada (LA MISMA POCA VERGÜENZA QUE EL CONSULADO DE ESPAÑA EN PARIS). Llamé por teléfono y me contestaron que no me habían respondido porque no conocían a ninguna de esas tres personas y que mi carta había llegado, pero que la habían perdido. Es difícil de creer que no tuvieran nada escrito sobre mi padre Antonio, su llamada esposa Esperanza, y su segundo marido Santamaría. Es algo que no llego a comprender, ya que los tres vivieron en ese pueblo, sobre todo Esperanza y su segundo marido.

En vista de esta actitud por parte de ese Ayuntamiento, decidí ponerme en contacto con la Jefatura de Policía del Departamento, puesto que yo, como extranjero, sé muy bien que todos los extranjeros tenemos que estar inscritos en la Jefatura de Policía del territorio donde vivimos. En esta Jefatura no me dijeron que no conocieran a mi padre, simplemente me dijeron que me dirigiera a la Jefatura donde vivo y así lo hice. (Ahí tenéis la copia de la carta). Me presenté en mi Jefatura y después de examinar mi demanda, al día siguiente me respondieron que no podían hacer nada por mí porque en la partida de nacimiento española de mi padre no está inscrito su fallecimiento en Francia. ¡Me caí del guindo! Nunca pensé que pudieran decirme eso.

Ni corto ni perezoso, me presenté en el Palacio de Justicia pidiendo “un Consejero Jurídico”. Dije que había encontrado una tumba que llevaba el nombre de mi padre desaparecido desde el 1939 y que quería saber cuál había sido la causa de su muerte y por qué razón estaba en un territorio que en esa época estaba ocupado por los alemanes y que quería saber si realmente era mi padre, ya que su fecha de nacimiento no coincidía así como tampoco el nombre de su esposa. Me ofrecieron un abogado gratuitamente y en estos momentos estoy esperando desde enero de 2007 los resultados que nunca llegan. Pero no me callaré y seguiré luchando hasta saber la verdad y si no lo consigo tengo pensado hacer algo muy original y que el mundo entero se enterará.

Es la situación en la que en estos momentos me encuentro: esperando, como siempre. En mi próximo comentario contaré algunas peripecias más que me han ocurrido en este país y, al mismo tiempo, diré quienes son esas dos asociaciones que me ayudan y que hacen lo que pueden con muchos sacrificios, porque no tienen ningún poder ni medios, pero a quienes no les falta voluntad. También iré contando los resultados que estoy teniendo últimamente y que espero, tal como dije, algunos documentos más por parte española y algunas noticias por parte francesa, de las que tengo esperanzas de que me den algunas respuestas a lo que deseo saber.

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