viernes, 14 de septiembre de 2007

Capítulo nº 11-Continuo con investigaciones. España


A consecuencia del incidente en este foro mencionado en mi anterior comentario, fue cuando escribí tal como dije el artículo titulado “LOS NIÑOS DE NADIE” que envié y que envío por todas partes cada vez que tengo una oportunidad, tal como ocurre en estos momentos.

LOS NIÑOS DE NADIE

Se habla mucho de “los niños de la guerra”, los que nacieron fuera de España, de padres exiliados o refugiados republicanos y de los que se fueron junto a sus padres. A ellos les llaman “Niños de la guerra”.

A los huérfanos de los nacionales que quedaron en España, de ellos se ocupó el régimen de Franco para educarlos y ayudarles en su desgracias. A esos se le llama “Huérfanos de guerra”.

Pero nadie pensó nunca en los hijos de los republicanos que se quedaron huérfanos en España, despreciados por el régimen de Franco y olvidados por las izquierdas. Yo soy uno de ellos que aún estoy en vida y conservo mi memoria. Hasta cerca de mis doce años, andaba por la calle errante buscando por los suelos cáscaras de fruta para comer y esperando a que alguien me diera un trozo de pan. Quizás mi delito fue el ser hijo de un rojo y me castigaron con un sello detrás de mi partida de nacimiento para no tener derecho a nada. Por suerte, la caridad cristiana se cruzó en mi camino y pude entrar en un “Hogar escolar de Auxilio Social”. En ese internado nos vestían de falangistas y, siempre a paso marcial, nos desplazábamos cantando canciones fascistas. Para nuestros educadores era la manera de incorporarnos a sus filas y educarnos en sus ideas fascistas. Pero para muchos de mis compañeros esos uniformes eran solamente como un “pijama de rayas” en un campo de concentración. No teníamos más remedio que soportar esa disciplina sólo como único medio para comer y tener una cama con un colchón de paja para sobrevivir. Y yo siempre sin poder decir de quién era hijo por miedo a que me expulsaran, ya que entré sin documentación.
Yo habría podido aceptar la educación que me facilitaban y entrar fácilmente en sus filas. Pero para mí era imposible olvidar que al terminar la Guerra Civil, llegaran a nuestra casa buscando a nuestro padre, destrozando los colchones con navajas y quitándonos todo lo que teníamos de valor para rehacer el tesoro de España, que decían que se habían llevado los republicanos. Le dieron a nuestra madre solamente unos días para desalojar nuestro hogar para dárselo a un mutilado de guerra (un teniente de Franco). Pocos días después, como no teníamos a dónde ir, nos llevaron a comisaría y nos echaron de Barcelona. ¿Cómo podía olvidar éso a pesar de mis cuatro años de edad?

Lo más seguro es que cuando nos veían desfilar por las calles vestidos de falangistas y cantando canciones fascistas, todos debían de creer que éramos fascistas de corazón. ¡Y eso no es cierto! Pero lo que más me duele es que es aún en la actualidad algunos de izquierdas creen que lo éramos y nos culpan de fascistas. No somos nada más que unos huérfanos de nadie, porque nadie se acuerda de nosotros.

Yo he pedido a todos los medios de comunicación que me permitan declarar públicamente lo ocurrido, pero nadie me da la oportunidad. Posiblemente, a pesar de decir que ahora hay democracia, aún no exista la libertad de la información. Y hasta me pregunto si la izquierda española no se ha contaminado del mismo virus que la extrema derecha (quizás sea una enfermedad contagiosa).

He estado sin noticias de mi padre durante más de sesenta y seis años. Ha sido durante el año pasado 2005 cuando he encontrado yo solo dónde está enterrado (murió fuera de España y en la zona de ocupación nazi). Pero nadie quiere decirme cuál fue la causa de su muerte y por qué en ese sitio. ¿Qué misterio quieren ocultarme? ¿Por qué nuestro Gobierno o el partido político de mi padre no me dice qué fue lo que ocurrió?

Haría falta que alguien se acordara alguna vez de los NIÑOS DE NADIE ya que no hemos cometido ningún delito.

También me puse en contacto con un juez de paz de España, de quien pensé que se ocuparía de las víctimas como habíamos sido nosotros y me prometió que vendría a entrevistarme, pero todo quedó en palabras, aunque no fueron vanas porque me aconsejó a un abogado español y esta persona me indicó el camino para llegar hasta el Consejo Europeo y es el que en estos momentos he tomado y camino hasta llegar al Consejo Europeo de Justicia, si es que me dejan.

Por mediación de mi profesora catalana, llegué a enterarme que no fue la Generalitat de Cataluña quien nos expulsó de nuestro domicilio, ya que ésta se refugió en Francia al terminar la guerra. Yo, personalmente, la había tenido siempre como responsable de nuestro exilio a la Generalitat de Cataluña, ya que hasta el año 2006 estaba persuadido que Generalitat quería decir Ayuntamiento en catalán, y que sería muy probable que fuera en esos momentos el Ayuntamiento de Barcelona quien nos expulsara, cumpliendo las leyes que dictó Franco (cosa que quisiera saber). Por eso pido PERDÓN A LA GENERALITAT DE CATALUNYA públicamente y con todas mis fuerzas, ya que siempre la he tenido como responsable por culpa de mi ignorancia.

Otra cosa que he descubierto, gracias a esta misma persona, es el motivo por el que pusieron un sello en mi partida de nacimiento, por el que se me anulaba todo derecho como español. Siempre creí que el motivo había sido porque yo era hijo de un republicano de los más buscados por Franco. Y no fue esa la causa. Todo vino por una ley que dictó Franco en el Boletín Oficial del Estado, el 17 de agosto del 1938. Todos lo podéis leer por la copia que publico.

He podido encontrar en las bases de datos del BOE (Boletín Oficial del Estado), publicado en fecha 17 de agosto de 1938 en zona nacional o, mejor dicho, fascista, una Orden por la que se establecía que cualquier inscripción llevada a cabo en un Registro civil de zona roja, con posterioridad al 18 de julio de 1936 sería anulada y más si dicha inscripción se había hecho en un idioma o dialecto diferente al idioma castellano, que era el oficial. Como en mi caso se daban las dos circunstancias, por dicho motivo me pusieron dicha anotación en el margen izquierdo de mi acta original de nacimiento.

He buscado en Internet, en la página del BOE, la Orden de 12 de Agosto de 1938, referente a los Registros civiles y que concretamente me afectó a mí. He podido encontrar una copia de la página donde se publica dicha Orden. Es la siguiente:

http://www.boe.es/datos/imagenes/BOE/1938/048/A00758.tif


Si los motivos fueron que yo nací en zona “roja” y no escribieron mi partida en castellano ¿Por qué razón no me puso el Gobierno mi partida en regla más tarde, si yo no tuve ninguna culpa? Para el régimen de Franco yo no era español ¿Cuál era mi nacionalidad? Si no reconocían a Cataluña como nación. ¡Ni yo siquiera lo sé! Pero sí que estoy seguro de que yo no nací en el ESPACIO. Yo, evidentemente, nací en Barcelona y, como tal, tenía derecho a ser CATALÁN y español ¿Qué razón hubo para que me amargaran mi existencia en España de esa manera? ¡Yo no soy culpable de nada!

Cuando termine mis investigaciones tengo que poner al corriente de todo a la Generalitat de Catalunya ya que es el único Gobierno que me ayuda a saber la verdad, a pesar de que yo le tenía por responsable. Hoy en día me siento más CATALÁN que español.

No hay comentarios: